Por falta de palabras es un cuento corto del autor Haruki Murakami, perteneciente a la recopilación El elefante se desvanece. En este relato, el narrador –que es a su vez, el protagonista de la historia- cuenta como se encuentra, una bella mañana de abril, con la mujer 100% perfecta.
El escritor describe brevemente el momento en el que la identifica, desde el extremo contrario de la calle sobre la que ambos caminan. Ese mismo día, le cuenta a alguien más acerca del suceso, sin los detalles y observaciones en los que abunda anteriormente. Posteriormente, reflexiona un poco acerca del singular encuentro; a grandes rasgos, cómo fue que dejó pasar la oportunidad, tal vez la única en su vida, de hablar con la chica 100% perfecta. Todo por no encontrar las palabras adecuadas. Nuestro desafortunado protagonista se atreve a fantasear un poco y esboza una breve alegoría que ilustra, precisamente, el encuentro idílico entre dos personas que son perfectos el uno para el otro. No obstante, en la corta ficción del chico, los personajes tampoco consiguen estar juntos.
A simple vista, uno podría decir que es un texto sencillo. Realmente,
se explica un breve acontecimiento anodino y simple: pasaba por la calle cuando
observó a una chica que le pareció perfecta para él, y no le habló. Eso es
todo. Sin embargo, el tema y la reflexión van más allá de un flechazo. Lo
primero que yo advertí de este cuento fue la forma de escribir del autor. Desde
mi punto de vista, el escritor refleja su
habilidad para crear distintos tipos de crónica sobre un mismo objeto y además,
los une en un mismo relato sin que pierda consistencia. Así, acomoda una
historia dentro de la historia principal. La historia principal tiene un estilo
de monólogo interno, una conversación con un tercer personaje anónimo.
Posteriormente, dentro del mismo monólogo y relato, el narrador-protagonista
concibe una corta historia.
Dejando de lado mi análisis –el análisis de una aficionada -
la narración alude al predilecto tema del amor, y en su mejor faceta, el amor
utópico. La simpleza y facilidad con la que los sentimientos del personaje
principal son expuestos, permite al lector identificarse con la historia. Porque
es casi seguro que alguna vez hayamos experimentado algo parecido o por lo
menos hemos creído en la existencia de un ser 100% perfecto para nosotros. Igual
lo hacemos por mera sedación ante la amenaza de la soledad y en defensa de la
ilusión. No me es posible asegurar que algo de lo anterior sea válido, sólo es
una hipótesis.
Volviendo al objeto de esta entrada, he de decir que Por falta de palabras es una lectura que
aunque breve, se percibe de gran magnitud y nobleza. Personalmente, soy adepta
al trabajo de Murakami, me gusta su manera de contar historias, ya sean crónicas
cortas o creaciones más extensas. Aún en pocas palabras, el escritor expone hábilmente
sentimientos, ideas y desconciertos, en los que acaso se reconozca el lector.
Ciertamente parece una historia simple, pero tiene elementos que nos hacen interpretar muchas cosas...
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